ALGUNAS IDEAS DE LA SESIÓN ON-LINE
La escucha activa: normas básicas
-Primero: me preparo psicológicamente. Me tomo unos minutos para centrarme en la persona que voy a llamar; pongo mi foco de atención en ella. ¿Cómo? Hago silencio, tanto fuera como dentro de mí. Voy a hacer un espacio para atenderla, para que ella sea la protagonista, dejando todas mis cosas a un lado. Quiero transmitir calma, que tengo tiempo para ti, que guardo un silencio atento para escuchar y sentir lo que me cuentes.
-Segundo: no interrumpir; respetar las pausas, los silencios momentáneos –por ejemplo, espero que sigas diciéndote: “tómate tu tiempo”, “sigo aquí contigo”.-
-Tercero: te animo a hablar acompañándote todo el tiempo con…
+ frases –ej. “Sí, te estoy escuchando”, ya veo, “interesante”, “¿sí, de veras?” + o te apoyo con expresiones que te hacen ver que te sigo con interés: –hum-hum, ufff, ay, ¡qué me dices!, ¡fantástico!
+ o con preguntas o frases que siguen el hilo de la conversación: “¿qué pasó entonces?”, “¿y qué piensa hacer?”, “eso parece realmente importante”
-Cuarto: Quito los obstáculos para escucharte: lo que me distrae –móvil, tv-, no voy por delante pensando en lo que voy a responderte –consejos, soluciones-, ¡no acabo tus frases!
-Quinto: Acepto el modo en que me hablas y lo que me hablas –aunque no esté de acuerdo en nada-, ya que revela tus sentimientos, tus valores, tus preocupaciones: así, si suenas triste, enfadada, angustiada, atemorizada, alegre, vivaracha, habladora por los codos… ¡te acepto tal cual! ¡No pretendo cambiarte a primeras, aunque estés mal… ¡sobre todo si estás mal! TE ACOJO COMPLETAMENTE.